Las barras de sonido, una retrospectiva. Parte 1 de 3.

Hace poco más de 25 años tuve la oportunidad de introducir un producto en México que aunque era un parlante, tenía características que lo hacían diferente. 

Era un altavoz fabricado por Boston Acoustics, amplificado, con dos canales, 2 vías (woofer y tweeter por lado y blindaje antimagnético), control remoto IR, un par de entradas análogas RCA L&R y se activaba por sensado de señal. Sus dimensiones eran de 1m de largo y aproximadamente 15cm de profundidad y unos 12cm de alto, gabinete en madera con chapa de vinilo salvaje color negro. La fuente de alimentación era enorme y poco práctica para esconderla. Con los televisores de cinescopio de ese entonces el gabinete tapaba parte de la imagen inferior mmm; la gente no entendía el concepto y no veía algún beneficio en conectar la TV a este parlante. Además solo existían fuentes de señal como las videograbadoras y los reproductores de Laserdisc. Las imágenes solo podían enviarse por video compuesto y “S” video. El audio envolvente se podía decodificar en Dolby surround estéreo en algunos receptores “AV” y en los de alto nivel, AC-3 o Dolby Digital. Los principios de la conectividad Bluetooth comenzaban para compartir un contacto, los proyectores eran CRT, posteriormente LCD y experimentalmente el DLP, el plasma era muy costoso. Videocentro y Blockbuster eran las opciones para renta de películas y en el departamento de fotografía de las departamentales estaban los Laserdisc, las cintas originales Beta y VHS en discos, posteriormente los DVDs y así pasaron las décadas.

Pues bien, el principio fue lento y poco comprendido por los usuarios y sin embargo, hoy prácticamente está dominado el mercado audio/video por las barras de sonido o soundbars. ¿Qué pasó para que fueran tan exitosas? Muchas cosas han sucedido desde hace un cuarto de siglo: el apagón del video análogo, la evolución del formato físico al virtual, la miniaturización de los componentes electrónicos, el desarrollo de la amplificación Clase D, pantallas cada vez más delgadas y su instalación prácticamente en cualquier lugar de casa, precios más bajos independientemente de su tamaño y la multiplicidad de fabricantes que ya no son los principales jugadores de antes y los servicios de streaming con sonido envolvente e inmersivo o espacial, como lo llaman en algunas plataformas.